¿Sabemos distinguir lo útil de lo valioso?
Compartimos algunas de las preguntas que han surgido y han suscitado la reflexión en los Diálogos que hemos hecho por Zoom en la segunda quincena de enero de 2021.
¿Son necesariamente disyuntivos estos dos adjetivos? ¿Es un falso dilema este de la utilidad y el valor?
¿En algún momento mi vida sí he podido vivirlo como alternativa? ¿Quizá cuando elegí una carrera por vocación o por utilidad? ¿O en mi vida laboral buscando la aparente seguridad de una profesión que no me gusta?
¿Es lo útil lo reemplazable? ¿Lo valioso tiene recambio también?
¿Hay algo que sea valioso y no tenga utilidad? ¿O el hecho de ser valioso ya lo convierte en útil para mí? ¿Es la utilidad algo subjetivo? ¿Yo otorgo el adjetivo de valioso a lo que considero? ¿Puedo convertir lo valioso para mí además en útil?
¿Útil es meramente lo necesario para subsistir?
¿Es útil lo que cuesta? ¿Confundimos coste/precio con valor?
¿Es lo útil un fin en sí mismo? ¿O es aquello que sirve para otro propósito, estando, por tanto, su finalidad fuera de sí misma?
¿Es lo útil lo que produce beneficio? ¿Lo valioso por el contrario es lo que no da beneficio?
¿Hoy en día la búsqueda de la ganancia inmediata lo invade todo? ¿Es la lógica del beneficio la predominante actualmente?
¿Qué pregunta puede haber detrás de esta sobre lo útil y lo valioso?: ¿Sé que es lo importante para mí en mi vida? ¿En función de la búsqueda de lo útil –o lo que considero necesario– he podido desatender asuntos valiosos de mi existencia?
¿Esta pregunta me remite a indagar cuál es mi jerarquía de valores personales como aquello que me moviliza? ¿Observar a qué dedico mi tiempo cotidiano puede arrojar luz sobre lo que considero valioso?
¿Esta pregunta que nos hacemos hoy me remite a distinguir lo útil de lo superfluo?
¿Si yo no decido lo que es valioso para mí, otros –la sociedad en forma de los valores imperantes– lo decidirán por mí?
¿Necesitamos hoy día, más que lo útil, lo mal llamado inútil? ¿Cuál sería la utilidad de lo inútil?
* Nuccio Ordine La utilidad de lo inútil
Mas allá de lo útil –como punto de llegada– puede ser lo valioso el proceso en sí, a lo que nos invita Ítaca, el poema de Kavafis?
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
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